Hay un error que repite el 99% de la gente:
Dar sin que nadie se lo pida.
Y claro, luego se frustran porque nadie lo agradece.
“Con todo lo que hago por ellos…”
Exacto. Ese es el problema: que no te lo han pedido.
Cuando das sin que nadie te lo haya pedido, tu esfuerzo no se valora.
Pero si pides… ahí ocurre todo lo contrario.
Cuando le pides un favor a alguien, ese alguien se siente útil. Importante. Valorado.
Y eso lo hace sentir bien consigo mismo.
No estás molestando. Estás regalándole una oportunidad de sentirse necesario.
Imagina que vas a casa de alguien y te pone un café sin preguntar.
No lo has pedido. No lo valoras.
Ahora, imagina que tú le dices: “Oye, ¿me harías un café?”
Te lo hará encantado. Incluso se esmerará en que la leche haga espuma, si sabe que te gusta así.
¿Por qué? Porque ahora siente que te está ayudando y se siente útil por ello.
En resumen: aprende a pedir.
Y deja de regalar lo que nadie te ha pedido.
Porque lo gratis no se valora.
Más conocimiento de alto valor en:
[ LIBRO ] Claridad Ancestral (12,95 €)
Abrazo.