Ayer me apunté a una charla de un gurú de la salud.

Nada nuevo: come bien, duerme bien, haz deporte…

Llega el turno de preguntas.

Silencio sepulcral.

Como si levantar la mano fuera pedir la pena de muerte.

Hasta que un valiente rompe la tensión:

— Esto… has dicho que hay que hacer deporte, caminar y tal… ¿cuándo tocan los descansos?

Los ojos de todos, brillando. Fascinados. ¡Por fin alguien preguntaba algo “importante”!

¿Te das cuenta del nivel?

Un tío que ni ha empezado a moverse ya está preocupado por cuándo va a parar.

Ni media maldita dominada puede hacer y ya sueña con el sofá y Netflix.

Y la sala, cautivada.

Todo orejas para escuchar cuando descansar.

¿Te das cuenta de la oportunidad?

Te están regalando la vida en bandeja.

Con gente así, destacar es más fácil que ganarle al escondite a un elefante.

Hoy, el interés compuesto de tu esfuerzo se multiplica más rápido que nunca.

Tú solo tienes que hacer lo que debes. No necesitas ser un genio. Solo moverte mientras otros preguntan por los descansos.

Aprovéchalo.

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Si lo lees, mejor para ti. ¿No lo lees? Gracias también. Nos lo estás poniendo aún más fácil.

Abrazo.