¿Sabes qué tenían tus bisabuelos?
Incertidumbre. Inseguridad. Agallas.
No sabían si la cosecha saldría bien, si estallaría otra guerra o si al día siguiente podrían pagar el pan.
¿Y sabes qué no tenían?
Ataques de ansiedad por no tener una plaza fija.
Hoy, en cambio, tener un contrato indefinido parece el equivalente moderno a alcanzar la iluminación.
Lo llaman estabilidad. Pero en realidad es una jaula.
Bonita, con aire acondicionado… pero jaula al fin y al cabo.
Una celda de confort disfrazada de éxito.
¿Sabes por qué nos venden que tener un empleo para toda la vida es lo mejor?
Porque así no molestas. No sueñas. No piensas.
Y si un día te preguntas si deberías moverte… la respuesta será: “¿Pero estás loco? ¡Con lo difícil que está todo!”
Pero, ¿qué es lo peor que puede pasar?
¿Morirte de hambre?
En 2025 tienes que hacerlo muy, pero que muy mal para no poder poner un plato de lentejas en la mesa.
Entonces, ¿qué esperas?
¿Una señal divina?
¿Una enfermedad que te recuerde que el tiempo no se devuelve?
La obsesión por la estabilidad no es lógica. Es una excusa popularizada para morir en la comodidad.
Y si necesitas un empujón, aquí tienes más reflexiones que no te dejarán quedarte quieto.
[ LIBRO ] Claridad Ancestral (12,95 €)
Abrazo.