Caer bien es fácil.
Solo tienes que hablar menos. Y escuchar más.
Sí, por eso tienes dos orejas y una sola boca.
No porque Dios se despistara haciendo simetría, sino porque socialmente conviene más callarte y oír.
La mayoría de la gente está desesperada por contarte cosas sobre sí misma. Son volcanes de ego en erupción constante.
Tú solo tienes que ponerte enfrente con una cara de “cuéntame más” y dejar que se vacíen.
Lo que pasa es que muchos intentan caer bien haciendo justo lo contrario: “Te voy a contar mi vida, mis logros, mis viajes a Tailandia y lo mucho que me gusta el sushi”.
Error. Nadie quiere oír eso.
La estrategia inteligente es otra: preguntar, escuchar, tirar del hilo de lo que el otro dice e interesarte de verdad.
Haz este experimento:
Conoce a alguien nuevo. No cuentes nada sobre ti. Hazle preguntas. Escucha. Repite.
Y si en algún momento te pregunta algo, que sepas una cosa:
No es porque le intereses tú.
Es porque quiere ver si lo que tú haces le sirve a él.
Ejemplo real:
— “¿Dices que trabajas desde casa? ¿Y te va bien?”
Lo que quiere decir es: “¿Podría yo dejar a mi jefe que no soporto y trabajar en pijama?”
Así de claro.
Y si quieres más consejos útiles:
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Abrazo.