El PSG perdió a Mbappé la temporada pasada.
Y ayer ganó la Champions.
Muchos lo ven como una paradoja.
Yo lo veo como una confirmación.
Confirmación de que las grandes pérdidas no son tragedias, sino pretextos que la vida usa para meterte un empujón.
Pasó también cuando Apple despidió a Steve Jobs.
Jobs tocó fondo.
Luego fundó Pixar.
Y volvió más fuerte que nunca.
Pero claro, eso es fácil verlo después.
Cuando estás en medio del terremoto, lo llamas “fracaso”.
La mayoría no quiere perder nada.
Por eso se aferran a trabajos que odian, parejas que aburren y rutinas que matan.
Y si la vida les da el regalazo de empujarlos fuera…
lloran la pérdida.
Cuando en realidad deberían celebrar la oportunidad.
El problema no es que no haya oportunidades.
Es que están demasiado ocupados llorando lo que ya no está.
La vida es generosa con los que sueltan.
Para los que entienden que perder es a veces la forma de ganar.
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Porque lo que hoy llamas “pérdida” mañana será la razón por la que ganaste.
Abrazo.