Los que hoy se están convirtiendo en adultos llevan en redes sociales desde que tenían granos en la cara.
Y claro, ahora se arrepienten de las idioteces que escribieron de adolescentes.
Perfecto. Eso tiene que ser así.
Porque si no te arrepientes de lo que fuiste, es que sigues siendo ese mismo idiota.
El arrepentimiento es evolución.
Lo preocupante sería que leyeras algo tuyo de hace 5 o 10 años y pensaras:
“Qué crack”.
Eso no es orgullo. Es estancamiento.
Yo mismo seguro que habré soltado más de una barbaridad en posts pasados. ¿Y qué?
¿Voy a ponerme a buscarlos para borrarlos? No.
¿Tenían sentido en su momento? Probablemente.
Pero no miro atrás. Porque quien se entretiene releyendo el pasado, se estanca y pierde el presente.
Y aquí solo hay una dirección: adelante para avanzar.
Sigue en marcha.
[ LIBRO ] Claridad Ancestral (12,95 €)
Abrazo.