En Red Bull, los de las bebidas energéticas, estaban en la cuerda floja.

No vendían. No conectaban. No levantaban cabeza.

Hasta que alguien tuvo una idea que parecía una basura. Literalmente.

¿Qué hicieron?

Agarraron latas vacías de Red Bull y las tiraron en las papeleras de las discotecas más populares de Reino Unido.

No dentro del local. Fuera, donde las veían los que salían a fumar o a mear al callejón de atrás.

¿Qué pasaba cuando la gente veía eso?

Pensaban: “Ah, aquí se consume Red Bull. Si esta gente lo bebe, debe ser buenísimo”.

Y empezó el efecto imitación. Boom. La marca despegó.

Ahora piénsalo tú.

¿Qué vendes? ¿Tienes un proyecto que no arranca?

Deja tus “latas vacías” en los sitios adecuados.

Traducción: muestra pruebas de consumo.

Porque cuando la gente ve que otros ya están, suena la alarma interna: “¿Qué me estoy perdiendo?”

Y si ahora me dices que eso no es para ti, que tú eres especial, que a ti no te hace falta porque estás esperando que te descubran… Perfecto.

Pasa del consejo y sigue lo que te diga tu cuñado, que seguramente le va mejor que a una marca multimillonaria.

Haz lo que te dé la gana.

Como comprar esto:

[ LIBRO ] Claridad Ancestral (12,95 €)

¿No lo compras? Me da igual. ¿Sabes por qué? Porque en este mundo hay más personas que salchichones.

Abrazo.