Escribir cada día.

Escribe porque tienes algo que decir.

¿Sabes quién no escribe? El que no tiene nada que aportar.

No te digo que te pongas a escribir novelas ni poemas. A menos que quieras, claro. Pero escribir es una habilidad que te va a dar más de lo que imaginas.

Se trata de aprender a comunicar, de poner en palabras lo que dirías en voz alta.

Y aquí va una verdad aplastante: nadie que haya triunfado en la vida ha pasado sin dejar algo escrito.

¿Messi? No ha necesitado escribir para meter goles, pero ha tenido que plasmar ideas en contratos, estrategias, acuerdos y mensajes clave en su carrera.

¿Warren Buffett? Escribe cartas que modelan el pensamiento de inversores de todo el mundo.

¿Napoleón? Era con su diario que coordinaba ejércitos para gobernar Europa.

Si no escribes, estás dejando que otros piensen y decidan por ti.

Porque la escritura no es solo arte: es elocuencia, es estructura mental, es influencia.

Escribir es la mejor habilidad que puedes desarrollar porque te obliga a pensar con claridad, comunicar con impacto y dejar huella, tres cosas sin las cuales serás irrelevante.

Y como todo, la repetición hace la maestría. No esperes escribir perfecto desde el principio. Copia a alguien que te guste para encontrar tu voz y acabarás expresándote a tu manera.

Y hablando de palabras escritas… mi libro Claridad Ancestral está en Amazon. Cómpralo o no, me da igual. Pero alguien lo comprará y sacará ventaja. ¿Vas a ser tú? Se compra aquí.

Abrazo.