En mi equipo de fútbol había un compañero que ligaba mucho.
No era el más guapo, ni el más alto, ni el más inteligente. Pero siempre tenía éxito.
Otro del equipo, frustrado, le preguntó:
– ¿Cómo lo haces?
– Me presento a todas. Alguna cae.
– Es que yo no soy así, soy vergonzoso.
– Pues deja de serlo.
Fin de la discusión.
La personalidad no es algo fijo, es un conjunto de hábitos, creencias y reacciones aprendidas.
Igual que no andas desnudo por la calle porque te educaron para vestirte, también puedes aprender a dejar de ser tímido, a vender mejor, a negociar con más seguridad o a imponerte en reuniones.
Si estás en una situación que no te gusta, seguramente es por tu personalidad. La buena noticia es que puedes cambiarla.
Es así de simple. No te engañes con frases como “es que yo soy así” o “es mi forma de ser”. Eso solo es justificar el fracaso y no asumir la responsabilidad.
Conclusiones rápidas:
- Tu personalidad es moldeable. Si algo te perjudica, cámbialo.
- Hay personalidades que ganan y otras que pierden. Tú decides cuál adoptar.
- Todo es cuestión de volumen. A más oportunidades, más probabilidad de éxito.
Esto no es solo para ligar. Sirve para vender, negociar, encontrar trabajo, mejorar tus relaciones o escalar en tu carrera.
Deja de aferrarte a una identidad que te frena. Crea una nueva que te lleve a lo que quieres.
Y si quieres inspiración para una mentalidad ganadora, mi libro Claridad Ancestral. Lo compras aquí.
Abrazo.