
Si estás en el camino del crecimiento personal, seguro has sentido esa frustración: trabajas duro, haces todo lo que se supone que debes hacer, pero los resultados no llegan. Y piensas: “Cuando tenga éxito, entonces creeré en mí mismo”.
Pero ese es el error. El orden es al revés. Primero debes creer en ti mismo para actuar como la persona en la que quieres convertirte.
Piensa en esto: una mentira contada mil veces se convierte en verdad. ¿Por qué no aplicar este principio a tu propia identidad? Si repites constantemente que eres alguien capaz, que estás avanzando, que cada intento suma, tu mente terminará creyéndolo y tú terminarás siéndolo.
En inglés hay una frase que lo resume bien: Fake it till you make it (Finge hasta que lo logres). Pero no se trata de ser falso, sino de entrenarte para actuar con la mentalidad de la persona que aspiras a ser.
No es que puedas tener compasión contigo mismo, es que DEBES hacerlo
Aquí viene otro punto clave: No puedes castigarte por no tener aún lo que deseas.
La Compasión No es Debilidad
No te dirías a un niño que aprende a caminar: “¡Qué inútil! ¿Por qué sigues cayéndote?”. Al contrario, lo animarías: “¡Vamos, sigue intentándolo, ya casi lo tienes!”.
Entonces, ¿por qué contigo mismo eres tan cruel?
Cada intento fallido no es una prueba de tu incapacidad, es una prueba de que estás avanzando. Lo que ahora te parece un fracaso, en el futuro será una anécdota de cómo perseveraste hasta lograrlo.
Así que suelta la frustración. Intentarlo ya es motivo suficiente para sentirte orgulloso.
Persiste, afina, repite (y acepta que lo malo es parte del proceso)
El éxito no es una línea recta. La mayoría de los que han logrado cosas grandes pasaron años en la sombra antes de que el mundo los reconociera.
- Thomas Edison hizo más de 10,000 intentos antes de inventar la bombilla.
- Walt Disney fue despedido de un periódico por “falta de imaginación”.
- Steve Jobs fue echado de la empresa que él mismo fundó.
Cada uno pudo haberse rendido en su peor momento, pero no lo hicieron. No porque ya eran exitosos, sino porque primero creyeron en sí mismos.
La clave está en esta fórmula:
- Persiste: No abandones solo porque aún no ves resultados.
- Afina: Aprende de lo que no funciona, ajústalo y sigue.
- Repite: Lo que se practica, se perfecciona.
Y lo más importante: ten fe en ti aunque todo parezca ir mal.
Lo malo no es una señal de que debes rendirte, es parte del proceso.
Conclusión: Cree en Ti Ahora, No Cuando Tenga Sentido
La confianza no es un premio que ganas después de triunfar. Es la gasolina que necesitas para llegar allí.
Así que deja de esperar al éxito para sentirte bien contigo mismo. La forma más rápida de lograr lo que quieres es empezar a actuar hoy como si ya fueras la persona que quieres ser.
Y si quieres profundizar en cómo transformar tu mentalidad para alcanzar tus objetivos sin sabotearte, en “Claridad Ancestral: Menos Ruido, Más Resultados” te muestro cómo hacerlo. Es la mejor inversión que puedes hacer en ti mismo.
“Cree en ti y todo será posible.”
Walt Disney, creador de un imperio basado en la imaginación